Moscú pone a prueba un autobús propulsado por hidrógeno
Moscú da otro paso en su plan de hacer más ecológico y sostenible el transporte público capitalino al poner a prueba el ‘vodorobus’, un autobús propulsado por hidrógeno.
El prototipo del vehículo, presentado oficialmente el pasado 6 de septiembre, participará de un período de prueba de un año en la capital rusa.
Según Chemezov, la principal ventaja del vodorobus es su mayor autonomía, en comparación con otros vehículos verdes. En lugar de 70 kilómetros, que es la distancia que pueden recorrer los autobuses eléctricos con una carga, el transporte propulsado a hidrógeno puede viajar 250 kilómetros a la vez. Esto permite que se utilice no solo en las líneas internas de las ciudades, sino también para las comunicaciones interurbanas.
El vodorobus, construído utilizando un KamAZ-6282 como base, funciona con pilas de combustible de hidrógeno montadas en su techo. Su carrocería está fabricada en acero y plástico de alta resistencia. Tiene un peso de alrededor de 19 toneladas y puede acomodar a unas 80 personas. Su velocidad máxima de desplazamiento es de 80 kilómetros por hora. Al igual que un autobús eléctrico, el vehículo movido a hidrógeno puede operar a temperaturas que oscilan entre los 40 grados bajo cero y los 40°C.
A lo largo del próximo año, mientras el prototipo esté siendo probado en las calles de Moscú, se solucionará en paralelo «la cuestión de la creación de una infraestructura de carga» para que el vehículo pueda adoptarse definitivamente en las rutas moscovitas, apuntó Chemezov.
En abril, el vicealcalde de Moscú, Maxim Lixútov, afirmó que las autoridades de la capital rusa tienen en curso un plan extensivo para desarrollar una red de transporte ecológica en la urbe.
Según los términos del Acuerdo Climático de París, las emisiones de gases de efecto invernadero no deberían superar el 70% del nivel registrado en 1990. Para alcanzar el objetivo, la capital rusa comenzó a cambiar los buses propulsados por diésel por buses eléctricos. Actualmente casi el 10% de la flota de transporte terrestre (600 unidades) de Moscú está compuesta por autobuses con propulsión eléctrica. Para fines de 2023, las autoridades planean elevar esta cifra a 2.200 vehículos.
La orden de crear un autobús urbano con combustible de hidrógeno fue dada por Vladímir Putin, presidente del país, el pasado diciembre de 2020 durante una reunión con el primer ministro ruso Mijaíl Mishustin.